Me gusta perder el tiempo para estar segura de que me pertenece, pero si quieres podemos ir juntos en busca del tiempo perdido. Tú vete por el camino de Swann que yo iré por el de Guermantes, aprovechando la sombra que dan los muchachos en flor. No te preocupes por la comida, yo llevaré magdalenas.
Texto e imagen: Ana&Rquía.©
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Me preguntaba qué hora sería; oía el silbar de los trenes que, más o menos en la lejanía, y señalando las distancias, como el canto de un pájaro en el bosque, me describía la extensión de los campos desiertos, por donde un viandante marcha de prisa hacía la estación cercana; y el caminito que recorre se va a grabar en su recuerdo por la excitación que le dan los lugares nuevos, los actos desusados, la charla reciente, los adioses de la despedida que le acompañan aún en el silencio de la noche, y la dulzura próxima del retorno(.......)
Cuando un hombre está durmiendo tiene en torno, como un aro, el hilo de las horas, el orden de los años y de los mundos. Al despertarse, los consulta instintivamente, y, en un segundo, lee el lugar de la tierra en que se halla, el tiempo que ha transcurrido hasta su despertar; pero estas ordenaciones pueden confundirse y quebrarse. Si después de un insomnio, en la madrugada, lo sorprende el sueño mientras lee en una postura distinta de la que suele tomar para dormir, le bastará con alzar el brazo para parar el Sol; para hacerlo retroceder: y en el primer momento de su despertar no sabrá qué hora es, se imaginará que acaba de acostarse. Marcel Proust
Cuando un hombre está durmiendo tiene en torno, como un aro, el hilo de las horas, el orden de los años y de los mundos. Al despertarse, los consulta instintivamente, y, en un segundo, lee el lugar de la tierra en que se halla, el tiempo que ha transcurrido hasta su despertar; pero estas ordenaciones pueden confundirse y quebrarse. Si después de un insomnio, en la madrugada, lo sorprende el sueño mientras lee en una postura distinta de la que suele tomar para dormir, le bastará con alzar el brazo para parar el Sol; para hacerlo retroceder: y en el primer momento de su despertar no sabrá qué hora es, se imaginará que acaba de acostarse. Marcel Proust