jueves, 9 de julio de 2020

Una sola errata puede cambiar por completo la Historia. ¿No es poético?¿O deberíamos decir patético?.


Qué necesaria es la Poesía en los tiempos que vivimos. En tiempos de Pandemia las crónicas son menos alarmantes si se las rodea de poesía. Un ejemplo: “Los virus son simplemente “malas noticias envueltas en proteína”. Con suavidad. Como si estuviéramos leyendo un diario y se deslizara algo que nos quema la vista, pero la retiramos justo a tiempo para no dañarla del todo.

Otro ejemplo: “Las malas noticias del nuevo coronavirus están grabadas en su genoma: un texto de 30.000 letras —la mitad que El principito de Antoine de Saint-Exupéry— con las instrucciones suficientes para colarse en una célula humana, tomar el mando y fabricar miles de copias de sí mismo. Así me gusta. El Principito regando su rosa y el coronavirus deslizándose silenciosamente.

Después seguimos envolviendo en poesía el texto: “En cuatro letras (A, U, G, C) está escrito el texto que permite al virus atacar las células y replicarse. Estos aminoácidos se van uniendo como perlas en un collar para dar lugar a las proteínas que forman el virus. ¿Perlas nacaradas?, pregunto

Ahora viene el suspense: “En la posición 23.403 del genoma, una letra A cambia por una G. ¡Una adenina (A), por una guanina (G)!. “Una ventaja adaptativa para nuestro lindo coronavirus”. Es como si una sola errata cambiase por completo la historia de El Principito. ¿Triste? Sí. Pero también Bello, ¿o no?

Yo, por si acaso,  he cogido un hermoso y poético martillo para romper el patético Abecedario.

Texto e imagen: Ana&Heterónimas. ©
Música: Gregorian - Nothing Else Matters


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Este texto se escribió con la aportación de Manuel Ansede y Artur Galocha