La expresión “sudar como un cerdo” no podría ser más desacertada, ya que en realidad los cerdos carecen de glándulas sudoríparas y por tanto no producen sudor. Para combatir el calor, el cerdo se ve obligado a humedecer su piel en un lodo limpio y fresco, o recurrir a su propia orina y heces si no le queda otro remedio.
Ya veis, es cierto que del cerdo se aprovecha todo. Hasta la calumnia.
Texto e imagen: Ana&Heterónimas. ©
Música: Anna-Maria Hefele
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