Si la Caracola guarda dentro de ella el ruido del inmenso Mar, seguro que nosotras también guardamos en nuestro interior el ruido que hicieron las galaxias al nacer. Está guardado en la Trompa de Eustaquio. No me cabe la menor duda. Porque Eustaquio es como un duende: cosa que oye, cosa que afana para su trompa.
Texto e imagen: Ana&Rquía.©