Puesto
que me negaste alas, y por más que te supliqué nunca me crecieron, he hecho una
escalera para subir al cielo. No me da miedo la distancia. No me da vértigo la altura. Solo
quiero que me expliques la razón de mi amargura.
Texto e imagen:
Ana&Rquía.©
Música: Imany - Pray for
Help http://www.youtube.com/watch?v=jTonTHN0U_M
Me
encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta
jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos
aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante
torpe con las manos. Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o
Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien.
Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se
traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se
traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la
vida, sea para siempre. Ahora los científicos salen con su teoría del Big
Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se
contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes. A mí me encanta Dios. Ha
puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las
hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho
-frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes! Viejo sabio o niño
explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y
hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble. Mueve una
mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima
de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento. Dicen que a veces se
enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos
desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la
tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja. Dios siempre está
de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos,
el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la
piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche
insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy. Jaime Sabines