Lo mismo que Don Quijote, expulsado de un tiempo al que no quería pertenecer, se refugió en los Libros de Caballería que era un tiempo que ya no existía, así me siento yo, como Alonso Quijano, cada vez más agarrada al mundo analógico, a las puestas de sol, a los libros de papel, a los paseos por la ciudad, a la lentitud de las cosas. Añorando con intensidad, un tiempo que está a punto de morir.
Texto e imagen: Ana&Rquía.©
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Nada es más duro que ser huérfano del tiempo. Nada es más duro que la suerte del que no pertenece a su tiempo. El tiempo ama sólo a aquellos que ha engendrado. Jamás, jamás amará a los hijos del tiempo pasado. “Vida y Destino”.Vassili Grossman