Yo declaro el estado de
felicidad permanente y el derecho de cada uno a todos los privilegios. Digo que
el sufrimiento es un sacrilegio cuando hay para todos rosas y pan blanco.
Impugno la legitimidad de las
guerras, la justicia que mata y la muerte que castiga, las conciencias que
duermen en el fondo de su cama, la civilización en brazos de los mercenarios.
Observo morir este siglo que
envejece. Un mundo diferente reaparecerá de sus cenizas pero ya no basta
simplemente con esperarlo: Lo esperé demasiado. Lo quiero ahora.
Que mi mujer sea bonita a
cada hora del día sin tener que disimularlo bajo el maquillaje y que no haya
que dejar para más tarde el deseo que tengo de ella y de hacerle el amor.
Que nuestros hijos sean
hombres, no sólo adultos y que sean lo que queríamos ser antes. Que seamos
hermanos camaradas y cómplices en vez de ser dos generaciones que se insultan.
Que nuestros padres puedan
finalmente emanciparse y que tengan tiempo de acariciar a su mujer después de
toda una vida de sudor y lágrimas, y de los períodos de entreguerras que no
eran la paz.
Yo declaro el estado de felicidad permanente sin que sólo
sea palabras con música, sin esperar que venga el tiempo mesiánico, sin que se
vote en ningún Parlamento.
Digo que, en adelante,
seremos responsables. No daremos cuenta a nadie y a nada y transformaremos la
casualidad en destino. Solos a bordo y sin amo y sin dios y sin diablo.
Y si quieres venir, pasa la
pasarela. Hay sitio para todos y para cada uno pero nos queda por hacer camino
para ir a ver brillar una nueva estrella.
Texto: George Moustaki
Imagen: Ana&Rquía.©
Música: George Moustaki http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=GSZYYC9-Ogw