Un
día, de repente, cuando hacía tiempo que la religión me había abandonado,
comprendí lo que significaba ser un Alma del Purgatorio. Siglos y siglos de
espera a que alguien rezara una oración
por ti y te sacara del Purgatorio. El Paraíso a la vuelta de una plegaria. Almas
consumiéndose en la espera. Almas que necesitan un rescate devocional. Tiene
que ser durísimo estar a un paso del Cielo y que nadie rece por ti.
Texto e imagen:
Ana&Rquía.©