Recuerda,
el camino del estornudo es inescrutable, como los caminos del Señor. Aquí te
dejo unas onomatopeyas por si no sabes detectarlo: ¡achís!, ¡achú! .La primera
sílaba correspondería a la aspiración lenta de aire, y la última sílaba a la repentina
expulsión por la boca.¡Suerte en su detección!.
Un
poco de Wiki: Los católicos popularizaron el uso de la bendición como respuesta
al estornudo. La costumbre de exclamar «¡salud!» tras un estornudo comenzó
hacia el año 590, cuando la peste comenzaba a acechar Europa. Para combatir la
peste, el papa Gregorio Magno (540-604) ordenó letanías, procesiones y
plegarias constantes. Aquel que estornudara debía ser inmediatamente denunciado
mediante la exclamación «¡salud!», que funcionaba como una oración para
bendecir el lugar y evitar el desarrollo de la peste, pero que también
estigmatizaba a quien acababa de estornudar como si fuera un portador de la
desconocida enfermedad. Gradualmente la exclamación perdió su connotación
negativa, y pasó a ser considerada un acto de cortesía. Hoy se sigue utilizando
algún tipo de bendición, como «Jesús» o «Salud».Ironías del destino
Texto
e imagen: Ana&Heterónimas.©