Dicen
que todos los caminos conducen a Roma. En mi casa, no. En mi casa todos los
caminos conducen a la cocina. Según dicen
estoy recurriendo a la comida
como consuelo o como anestésico de lo que siento. Al hambre, que tengo a
todas horas, le llaman “hambre emocional” ¡Tonterias! Yo lo
que tengo es Hambre de Emociones y Sed de Aventuras. Exactamente como siempre.
Una nace con esa hambre y esa sed como otras nacen pelirrojas. Admito, con un
poco de vergüenza, que en este confinamiento estoy idolatrando a ese tótem blanco, llamado frigorífico, al que viajo más de ocho veces al día.
Sintiendo, no sin cierto desasosiego,
que se está vaciando a la misma velocidad a la que me vacío yo. O mi
estómago. No sé muy bien. En cuestión de vacíos siempre me encuentro un poco
perdida.
Texto
e imagen: Ana&Heterónimas.©
Música: In the Kitchen - Mree
https://www.youtube.com/watch?v=Becn_pklc9Q