lunes, 27 de abril de 2020

“Quietumbre” y ensimismamiento en el canto de los pájaros


Nuestros oídos han descubierto unos nuevos vecinos: los pájaros cantores. Y, en un estado de quejumbroso confinamiento, es  tan atractivo e inusual  para los oídos su canto, que algunas personas al escucharles sentimos un extraño éxtasis espiritual, un estado contemplativo del alma, una “quietumbre” y ensimismamiento tal,  que nos acordamos del monje aquel que escuchó  a un ruiseñor  en el alma de una tarde, tan extasiado, que su canto duró trescientos años, todos apretujaditos en un  solo instante.
Texto e imagen: Ana&Heterónimas.©
Música: Mercedes Sosa & Horacio Guarany (1972) - Si se calla el cantor
Si se calla el cantor calla la vida
Porque la vida, la vida misma es todo un canto
Si se calla el cantor, muere de espanto
La esperanza, la luz y la alegría

Si se calla el cantor se quedan solos
Los humildes gorriones de los diarios,
Los obreros del puerto se persignan
Quién habrá de luchar por su salario

Que ha de ser de la vida si el que canta
No levanta su voz en las tribunas
Por el que sufre, ´por el que no hay
Ninguna razón que lo condene a andar sin manta'

Si se calla el cantor muere la rosa
De que sirve la rosa sin el canto
Debe el canto ser luz sobre los campos
Iluminando siempre a los de abajo

Que no calle el cantor porque el silencio
Cobarde apaña la maldad que oprime,
No saben los cantores de agachadas
No callarán jamás de frente al crimen

Que se levanten todas las banderas
Cuando el cantor se plante con su grito
Que mil guitarras desangren en la noche
Una inmortal canción al infinito'

Si se calla el cantor calla la vida