Mi hermano y yo jugábamos a atrapar el Infinito. Repetíamos una y otra vez la palabra "Siempre, Siempre, Siempre" hasta que el infinito nos mareaba y la habitación nos daba vueltas, y el mundo también. Luego, a la hora de la merienda, nos poníamos a atrapar moscas en los azulejos de la cocina...entonces las que se mareaban eran ellas...
Texto e imagen: ©. Ana&Rquía