Yo era afectuoso y bueno; la desgracia me ha convertido en un demonio. Hazme nuevamente feliz y volveré a ser virtuoso.Mi corazón se volvió oscuro,sentía que las estrellas brillaban en el cielo, como burlándose. En todo signo de alegría adivinaba una burla, un insulto hacia mis sentimientos, una nueva demostración de que no estaba destinado a la felicidad ni a los gozos de la vida. Me preguntaba,¿si todos odian a los miserables, cómo no han de odiarme entonces a mí, que soy el más miserable de los seres humanos?El mismo Satán tuvo compañeros, diablos como él, que lo admiraban y alentaban. Yo, por mi parte, estoy solitario y odiado.Y cuando al fin me convencí de que era el monstruo que soy, me acometió un profundo sentimiento de pena y mortificación.Pensé:¡Que extraña cosa el conocimiento. Una vez que ha penetrado en la mente, se aferra a ella como la hiedra a la roca .Y duele.Entonces supe que incluso en los días soleados en que toda la tierra goza,incluso en esos días, maldeciría al sol que alumbra mi desgracia.
Texto: “Frankenstein o el moderno Prometeo “ Mary W. Séller (reinterpretado por Ana &Rquía )
Imagen: Ana &Rquía