Ha
sido decretar el confinamiento y todas aquellas personas con las que hablaras,
todas, habían emprendido una actividad frenética de limpieza. Que si los
cristales, que si la campana de la cocina, que si la ropa de los armarios, que
si esto, que si lo otro,… y te enumeraban una cantidad de actividades de limpieza
y orden que solo de pensarlo te daba vértigo.
La
única cosa que mi casa, ¡pobre!, ha visto por mi parte es la dedicación a lo
que yo llamo “Cajoning”. Actividad que consiste en revolver los cajones para
intentar ordenarlos. Actividad que nunca acabas y siempre quedan más
desordenados que cuando los abriste.
¡¡Pero como entretiene!!. Una se puede pasar
horas y horas viendo viejas fotografías, papeles, postales, collares, pañuelos,
cajitas chinas…
Tantos
tesoros que amontonamos año tras años y cuya incapacidad para tirarlos, nos hace tan felices.
En
fin, creo que voy a ser la única persona que cuando termine la cuarentena va a
salir con la casa más sucia y desordenada que cuando empezó.
Texto
e imagen: Ana&Heterónimas.©
Música: Don't
Worry Be Happy