Alégrate,
ya sabemos tanto de jaulas que entendemos el lenguaje de los pájaros. Sabemos
de las hierbas que comen y de las plumas que pierden. Estamos al corriente de
los lugares que escogen para construir sus nidos y entendemos la materia
luminosa de sus trinos. ¿Cómo podríamos haberlo aprendido sin desbrozar las
sombras que enmarañaban nuestras mentes, mientras cavilábamos en nuestra propia
jaula?
Texto
e imagen: Ana&Heterónimas.©
Música:
Silvia Pérez Cruz. Cucurrucú Paloma