¡Qué
disgusto! Creíamos que la inmunidad de rebaño era más alta. Queríamos que el
número de personas que hubieran superado la enfermedad fuera
numeroso para que el virus no localice fácilmente humanas a las que
infectar y se frene la transmisión. Sin embargo, la cifra de españoles
inmunizados es tan baja que no deja margen para la esperanza. ¡Y nosotras que
creíamos que el número de borregos que nos iban a inmunizar, generosamente, no
respetando el confinamiento, era multitudinario! No hemos tenido más remedio
que coger a la Muerte por el rabo,
quitarle la guadaña y encerrarla en un frasco. Estamos rezando para que
desarrollen la vacuna lo antes posible. No sé si podremos tenerla encerrada dos
años. Está demasiada furiosa. Dice que su trabajo es presencial, que ella no
sabe nada del teletrabajo…
Siempre
hay gente atrasada que se aferra furiosamente a las cosas del pasado.
Texto
e imagen: Ana&Heterónimas.©
Música: Mozart -
Lacrimosa